viernes, 26 de noviembre de 2010

Remembranzas

Terminé de leer "los hijos de Húrin", debo admitir que soy fanática de John Ronald Reuel Tolkien y su maravilloso y no menos fantasioso mundo, que tiene escenario en la tierra media. 
Pues bien, el día de ayer busqué en mi librero, busque por toda mi casa y terminé con una gran sorpresa, algo de pesadez y decepción al no encontrar algo de literatura para animar el camino a mi antigua escuela. 
En eso, de forma súbita mis ojos se dirigieron a una pequeña esquina del librero... y ahí estaba "corazón diario de un niño" . Un sentimiento de extrañeza se apoderó de mi, y ese pensamiento de... -¿y por qué no?- me indujo a tomar el libro y hacerlo mi compañero de viaje.
Grata fue mi sorpresa pero sobre todo nostalgia al abrir sus paginas... (específicamente la 3ra), la cual estaba gastada por los años y marcada de por vida con tinta azul.... con esa letra inconfundible de mi madre...
Colegio Sor Juana Inés de la Cruz
"2º B" 
y he ahí como en cuestión de segundos y producto de una atinada decisión mil recuerdos volvieron a mi mente... / ahora todo vuelve, en primer plano una imagen híbrida llena de ruido, padres aconsejando a sus hijos; directivos en su pobre intento por poner orden a aquella algarabía inevitable en el primer día de clases; niños llorando al ver que sus padres no compartirán esa bella experiencia de iniciación en la escuela; compañeros encontrando amigos que creían extraviados después de unas extensas vacaciones (caray esas vacaciones cuando eres un pequeñín parecen tan largas) y yo de fondo.... eterna introvertida sentada a mitad del vestíbulo desorientada... con el cabello recortado y con una inmensa duda -¿Alguien me reconocerá?... ahora no tengo el cabello largo, seguro soy una desconocida- .... y con gran sorpresa aquella chica... Bety (mmmm no soy capaz de recordar su nombre completo...) de cualquier forma ella se acerca a mi... y me saluda -Alguien me recuerda! no soy tan distinta de aquella pequeñita de hace 2, quizá 3 meses?- solo pienso en eso y sonrío. 
-La profesora Hilda no nos dará clases mas- me comenta Bety, mientras yo sigo sin entender nada de nada. 
-¿Porqué ahora mi grupo es 2º B? ¿Que hay de malo con 1º A y la maestra Hilda? ¿Qué sigue?-
Por fin entramos al aula, muchas caras desconocidas, y la nueva profesora... de aspecto serio, bastante serio y después... su nombre, lo recuerdo ahora! La profesora Luz. 
Ella nos pidió el libro "corazón diario de un niño" todos debemos llevarlo y cada viernes lo leeremos juntos./
Todo esto pasó por mi cabeza con solo ver "2º B" , y a continuación hojeo el pequeño libro, aquél que leí hace muchos años y que ahora parece tan desconocido como la primera vez... con la diferencia que esta nueva experiencia trae en primer plano: la historia de un niño que cuenta sus días de estudiante; y en segundo plano: paralelo,  invisible pero tan tangible para mi... mis recuerdos de infancia, aquellas sensaciones, tristezas y alegrías únicas de todo niño.
mientras leo el capítulo "el pequeño escribiente florentino" veo un gran corazón, abarcando media pagina, coloreado con ese gran polvito amarillo, generado del gis... ese gran invento que es el gis!. Y mi mente se confunde, -¿Porqué los niños rayan lo libros? Eso es un insulto!- y por otro lado, al mismo tiempo pienso -¿Por qué dibujé ese corazón? jaja los niños somos excelentes artistas! Me encantaría lograr ese efecto desenfadado al colorear actualmente, lleno de pasión e inocencia - y prosiguiendo esa gran confusión de ideas generada en mi cabeza me dirijo a una terrible conclusión... "CADA DÍA PIENSAS MÁS COMO ADULTO"
Tristeza solo logré sentir hasta la mas profunda de mis fibras, pero.... aguarden un momento! Tengo derecho de replica... y pienso usarlo, así es!
y justo así voy llegando a la universidad, cierro el pequeño libro mágico... aquél que tantos años quedó arrumbado en esa esquina del librero, esperando paciente a que volviera a recuperar esa amistad que forjamos en 2º de primaria. 
Y que como gran amigo... -sin importar cuanto tiempo ha pasado sin vernos- recuperamos esos lazos y recordamos el pasado (mas vivo que nunca) esos grandes y pequeños momentos que pasamos juntos... y si corremos con suerte... como la mía el día de ayer... regresar a casa con una amplia sonrisa en la cara, con esa sensación de haber pasado un día maravilloso y con una gran enseñanza que solo un gran amigo te puede brindar.


FIN